jueves, 23 de agosto de 2018

¿Por qué cuidar de la creación?

¿Por qué cuidar de la creación?

San Francisco de Asís veía en el sol, en la luna, en las estrellas, en los árboles, en los pájaros, en los animales… a hermanos y hermana suyos. Eran como su familia y se dirigía a todo ellos con ternura y amor.Todo cambiaría si desarrollásemos una actitud de reverencia y de respeto hacia toda la creación, hacia todo lo que nos rodea, sea algo animado o no. Respeto y reverencia ante la vida, sea la forma de vida que sea, hacia toda la creación.



El derroche de la creación comienza donde no reconocemos ya ninguna instancia por encima de nosotros, sino que sólo nos vemos a nosotros mismos]. Francisco es un ejemplo del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad. Es el santo patrono de todos los que estudian y trabajan en torno a la ecología. Él manifestó una atención particular hacia la creación de Dios y hacia los más pobres y abandonados. Fue un místico que vivió con simplicidad y en armonía con Dios, con los otros, con la naturaleza y consigo mismo. En él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior.

La naturaleza un libro en el cual Dios nos habla y nos refleja algo de su hermosura y de su bondad: «A través de la grandeza y de la belleza de las criaturas, se conoce por analogía al autor» (Sb 13,5). 


miércoles, 22 de agosto de 2018

¿Sigues buscando a Dios?

¿Sigues buscando a Dios?

Lo he estado buscando durante años. ¿Dónde está? ¿en lo alto de las montañas? ¿en el silencio de los monasterios? ¿en el océano? ¿en la arena del desierto?. No lo encuentro, dice el discípulo. El Maestro, después de escucharle, dijo: ¡Deja de buscar. No hay nada que buscar. Solo tienes que abrir los ojos y mirar!.


Todo lo que te rodea es la Creación.Y Dios danza alrededor de su Creación. Si se detuviera, la danza deja de existir. Lo que tienes que hacer es mirar la danza. Mira, mira: el mar, el cielo, los astros, las montañas, los ríos, las flores, los árboles, los pájaros, las rocas. Todo es “danza”. ¡Mira, escucha, saborea, huele, toca!…y entonces verás lo que buscas: la armonía que Dios produce a través de la Creación y contempla la hermosura de lo creado.

¡Qué cantidad de cantos existen en la creación! Y ninguno de los sonidos de la Naturaleza afecta el Eterno Silencio que rige en el Universo. Pero ¡escucha!. Observa cómo la canción de tu corazón se mezcla con la canción de la Naturaleza. Mira atentamente y entonces la creación te hablará. Dios se revela en la creación. Hay que mirar, mirar, no analizar. La belleza no es una “cosa”,  sino una forma especial de mirar.

lunes, 20 de agosto de 2018

¿DÓNDE ESTÁ DIOS? ¿Por qué permite que sufran los niños?

¿DÓNDE ESTÁ DIOS? ¿Por qué permite que sufran los niños? ¿Por qué las catástrofes con tantas muertes y desgracias?
¿Por qué no haces algo para que eso no suceda, le dicen a Dios?
Y Dios respondió: En verdad que he hecho algo. “Te he hecho a ti”…


El Dios de los cristianos es el Dios que vemos en la Cruz (Jesucristo) y por lo tanto un Dios chocante, pequeño, débil. La cruz del Señor lejos dar respuesta a nuestras preguntas ahonda en las mismas y suscita más preguntas. De modo que los creyentes tenemos las preguntas de todo el mundo y alguna más.
La cruz no es un signo de victoria, es un signo del fracaso total. Un Dios crucificado es lo más anti-divino. No todas las religiones son iguales. No es lo mismo la religión budista, la religión musulmana que la religión cristiana. No existe religión que se atreva a confesar -como así lo hace la cristiana- que su Dios ha fracasado. No hay religión -a no ser la cristiana- que se atreva a confesar que el Dios Todopoderoso no pueda nada frente a mi libertad. No hay ninguna religión -excepto la cristiana- que haga plausible un Dios impotente.  Dios puede solo lo que puede el amor y deja de poder allí donde no puede el amor.
El amor cristiano sin sacrificio no se entiende. “Nadie tiene más amor que aquél que entrega su vida por los demás”. El amor tiene raíz de sacrificio. Nuestro Dios es el que carga con mi dolor, y el que se ve impotente por no poder con la carga del otro. Dios está en la cama de al lado cuidando mi enfermedad. Dios sufre. Hablar del sufrimiento de Dios va contra todas las religiones. El Dios que confesamos los cristianos es un Dios sufriente ante el cual volvemos la cara; no tiene apariencia de Dios; repugnante dice el profeta Isaías. Nuestro Dios: un Nazareno colgado en la cruz, ante el cual se vuelve el rostro.  Es lo más anti cultural que puede existir. 

Un gran Maestro manifestó que le gustaría un traje para su cumpleaños. Los discípulos tomaron el recado y compraron la mejor tela. Contrataron al mejor sastre, que tomó las medidas al Maestro y se fijó una fecha para su término, prometiendo que con la ayuda de Dios, el traje estaría hecho en dos semanas. El Maestro esperaba ansioso el traje. Y después de ese tiempo un discípulo fue a interesarse por el traje. El sastre dijo: “Ha sucedido un contratiempo y no he podido terminar; con la ayuda de Dios, en dos días estará”. Pasaron los dos días pero el traje no estaba terminado y el sastre después de disculparse, dijo: “volved mañana y si Dios quiere, seguro que estará”.

Al día siguiente el Maestro dijo al discípulo: “Pregúntale al sastre si ya está el traje, dejando a Dios fuera del asunto”.

viernes, 17 de agosto de 2018

¿En qué estamento de la sociedad se han dado y desgraciadamente se dan más casos de pederastia?



Esta semana de mediados de agosto, entre las primeras noticias de la televisión en España, en distintos medios de prensa y digitales, ha estado la rueda de prensa que ofreció un gran jurado de Pensilvania (EE.UU.) sobre casos de pederastia en sacerdotes católicos. Con titulares de este tipo: “La Corte Suprema del estado de Pensilvania ha publicado este martes 14-8-18, un informe de un gran jurado que documenta 300 supuestos casos de "sacerdotes depredadores" sexuales en seis diócesis (Allentown, Erie, Greensburg, Harrisburg, Scranton y Pittsburgh), tras investigar denuncias de abusos de menores”.
El jurado explica en el documento, que consta de 1.356 páginas, que ha identificado a unos 1.000 menores que han sido víctimas.


Al ciudadano normal de España, la palabra “gran jurado” le suena a algo muy grande, muy importante, algo que es como lo máximo. En este caso de Pensilvania tenían que escuchar testimonios respecto a los casos de pederastia durante 70 años entre los sacerdotes -los sacerdotes únicamente de la Iglesia Católica-.  

Lamentando todo caso pederastia como algo abominable, como un delito grave y compartiendo la postura del Papa Francisco cuando se refiere a la pederastia dentro de la Iglesia con gran contundencia pidiendo tolerancia cero. Y conociendo que la Iglesia católica castiga a los sacerdotes por ese problema y los obispos apartan  de su función sacerdotal a los sacerdotes que cometen ese delito (abuso sexual de menores); incluso se pide acompañar en la denuncia a los padres, en los tribunales civiles. Tolerancia cero porque es un crimen, ante el cual sentimos vergüenza y dolor

Sin embargo ante la noticia que comentamos, lanzada con todo alarde extensivo en los medios, me surgen algunas preguntas. ¿Ha habido un porcentaje mayor entre los sacerdotes católicos, que en el resto de la población? ¿Ha habido un porcentaje mayor en la Iglesia católica que en otras confesiones religiosas? ¿Desde hace diez años, los obispos colaboran menos de lo que deben colaborar con la Justicia?

Los casos que se presentaron ante el gran jurado ya lo habían hecho en sus causas judiciales separadas para pedir una indemnización. ¿Qué sentido tenía, ¡otra vez más!, repetir todo a bombo y platillo?

jueves, 16 de agosto de 2018

¿Dónde está La Paz?

¿Dónde está la Paz?
En la serenidad, que es el final de la confusión. La paz la tenemos que encontrar en nuestro interior, en el mismo lugar donde están también la tensión, el sufrimiento, la duda. No se encuentra en el mar, o en la montaña, ni es facilitada por un Pedagogo. Allí donde experimentemos duda, tensión, sufrimiento, podemos encontrar la solución a esos estados de ánimo. Al pretender escapar, por ejemplo, de la duda nos hundimos más en la misma.
Todo está en el plano de la apariencias. Si nos introducimos más allá de las apariencias y buscamos a verdad, veremos que lo que existe es: el nacimiento en un principio, cambios en el transcurso de la vida y fin al término de la misma. Cuando comprendemos esto y lo vemos con claridad entonces estamos felices y en paz.



No hallamos la paz buscando el lugar o la persona perfecta. Tenemos que observar y buscar la verdad no las otras realidades. Nuestro lugar, nuestro hogar verdadero es la paz interior. Cuando nuestro corazón esté preparado, la paz vendrá a nuestro encuentro.

Lo bueno, lo bello, la recto, lo sabio, nos proporcionan el camino, que nos llevará a la verdad, pero no son la verdad. Son la ruta que nos llevará a la meta buscada.
Con las cosas que contemplamos como desagradables, indeseables, intentamos descubrir lo bueno que existe en ellas. No olvidar con cuanta frecuencia salimos de nosotros mismos atendiendo cosas, pensando en personas y lugares, buscando paz y un sentido, pero olvidamos que la fuente de todo se halla en mi corazón. Ahí tengo que buscar y centrarme.
Haz una incursión en lo más profundo del ser. Llega hasta el centro de tu ser. ¿Oyes el sonido? Cuando lo oigas, tómalo y no lo “sueltes”, porque ese sonido te está proporcionando una gran paz, que brota del centro de tu ser y se extiende por todos los miembros del mismo. Repite el sonido que has captado y crecerá la paz interior.  Paz que llega a todas las partes de tu cuerpo: piernas, tronco, brazos, cuello, cabeza. Te invade totalmente. Cada vez que retomes ese sonido una energía de paz te invadirá por completo, junto con una tranquilidad y confianza, que harán desaparecer las preocupaciones y otras situaciones.

viernes, 10 de agosto de 2018

¿Sirve hoy la Teología?

En cierta ocasión una persona proclamó que había obtenido el doctorado en Teología. Y alguien respondió: “¿Doctor en Teología? ¿Qué enfermedad es ésa? 
Si la Teología no implica una búsqueda de la verdad, sino un intento de mantener un sistema de creencias, no nos sirve. 
¿Por qué la Iglesia debe volver al Evangelio? Porque a pesar de las limitaciones, si quiere ser la Iglesia de Jesucristo, tiene que beber constantemente del Evangelio. Y en esa vuelta tiene que buscar siempre la verdad; amor a la verdad más que a la letra, lecciones, premisas teológicas. 

¿Puedes comunicar a Dios, con su gracia? Si la respuesta es “NO”, entonces, ¿de qué sirve toda la formación recibida, toda la preparación adquirida? Se podrá ser un brillante teólogo, un ameno pedagogo, pero de lo que la sociedad está hambrienta, no es de brillantes exposiciones, sino de Dios. 

Hay que comunicar fe, amor, dones que no se pueden transmitir con meras palabras, porque la fe, el amor, va más allá de las palabras y del conocimiento. Esos dones llegan a quienes son capaces de retirarse en silencio y soledad. Jesús vivía momentos de silencio y oración. El desierto, en la soledad, en el silencio, se forja y se forma el profeta. Ahí recibe el mensaje para posteriormente en la plaza actuar y transmitir ese mensaje. El encuentro con Dios antes de ser agradable, tiene que pasar por un tiempo de búsqueda dura y oscura, porque si queremos encontrarnos con Dios tenemos que aceptar su voz que nos pide -a veces- hacer algo que no nos agrada. Ahora bien, Dios nos dará la fuerza y su amor para seguirle. Hay que ofrecer a los demás, no recetas acerca de Dios, sino a Dios mismo. 

¿Y cómo vamos a ofrecer a otros a Dios o a Jesucristo, si nosotros no lo hemos encontrado? La sociedad está cansada de palabras, discursos, escritos (libros), de sugerencias. Y lo que la sociedad quiere es experimentar a Dios. ¿Dónde está ese Dios del que hablas, al que rezas? ¿Cómo lo puedo encontrar? ¿Cuál es la prueba de la existencia de Dios? Si podemos ofrecer la experiencia de la unión con Dios y la paz y felicidad que esa experiencia proporciona, entonces muchas personas querrán acercarse a Dios. Lo que hoy pide la sociedad es: “no queremos pastores sabios, eruditos, grandes pedagogos y educadores, ni científicos. Queremos que se hable menos y que experimentemos esa creencia en Dios, esa unión con Dios. La sociedad quiere personas (pastores) que expresen su experiencia religiosa que lleve a Dios; que muestren el camino (por ellos ya recorrido) que lleva a Dios”. 

En definitiva, la sociedad está pidiendo dejar a un lado las teologías eruditas, los ritos y palabras. Teología que no logra expresar adecuadamente la experiencia del contacto con Dios. Y eso es lo que interesa a la sociedad del siglo XXI. Consejo: silencio y oración. Desear a Dios. Desear con la misma intensidad con la que respiramos. 
Nos hiciste, Señor, para Ti y nuestro corazón están inquieto hasta que descanse en Ti”. Sin Dios, somos como peces fuera del agua. Hay que pedir el deseo de Dios. Lo que causa desconcierto no es la diversidad, sino nuestro dogmatismo. La persona espiritual conoce la incertidumbre, que es algo desconocido para el dogmático, fanático o fundamentalista.

 “… Por aquel tiempo, Jesús dijo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que ocultaste a los sabios y entendidos. Sí, Padre, porque así lo has querido…” (Mt.11,25-26)